martes, 19 de julio de 2011

Día 12. Pa´ jamburguers las nuestras

Con las pilas recargadas tras un inesperado puente (NADIE nos había avisado chopocientasmil veces de la huelga, más día libre que huelga, tan propia de San Cristobal) volvimos a la carga con nuestros niños (algunos de los cuales corren el riesgo de ser secuestrados y llevados en la maleta rumbo a Madrid).
Tras el diario baño de conocimiento en saberes tales como la lengua, las matemáticas o el ingles nos dirigimos todos al recreo (a por el baño diario de sudor) lugar de intercambio de juegos palabras y lluvias de caramelos de los generosos niños hacia sus profes.
Dentro de la trama rosa del campamento, caben destacar algunas novedades tales como:

- Ehh hola?? Palangana afirma tener un par de pretendientes entre nuestros cooperantes
(superhembra se ha pasado de las galletas a los bollos).

- Los niños prevén un futuro encuentro matrimonial al estilo Kate Middleton y el principito Guillermo de Inglaterra en tierras dominicanas. LOVE IS IN THE AIR…(Oh da oh da).

Por hoy la sesión de prensa rosa cierra sus puertas.

Demos paso a los acontecimientos de la tarde:
Saltando de andamio en andamio, cual Tarzán de LIIIIII-LIIana en LIIIII-LIIana, con la BSO de fondo del grito de nuestro BRO-Erick y rascando/RASPANDO (nuestro vocabulario dominicano se va ampliando) Oh Da oh Da), aunque su sudor y musculatura se derrocharon a base de bien, no dieron los frutos esperados.
Al tiempo, en la parroquia de la Paz, los chicos se convirtieron en maestros silleros y se broncearon “naturalmente” las piernas con un tono ROJO CABAÑA.

Mientras unos pintaban como locos las doltoras continuaban su experiencia hospitalaria, hoy: Emergencias del hospital. Tras preguntar dónde se encuentran nos dicen que están de reformas y que han habilitado una zona para emergencias de cirugía general, traumatología y medicina interna de modo provisional. Al oir la palabra “reforma” y “provisional” nuestros sentidos se pusieron alerta.

De camino nos paramos en el control de enfermería para asegurarnos de que el camino era el correcto. El hombre solo era capaz de vocalizar la palabra “nursing” ya que pensaba que éramos alemanas. Tras aclararle que no lo éramos, nos preguntó que si éramos mormonas, y tras volverle a aclarar que no nos preguntaron que de qué iglesia veníamos. En el momento en que dijimos que veníamos de parte del padre Aguerri (o lo que es lo mismo, de la Iglesia Católica) todo fueron facilidades.

La “sala de Emergencias” es un espacio de unos 72m2 entre los cuales se reparten Medicina Interna y Traumatología y Cirugía.
La parte de Medicina Interna consiste en 4 camillas atendidas por 4 médicos sentados en una mesa enfrente de ellas. La parte de Traumatología era un cubículo de 6m2 en el cual no llegamos a entrar debido a la cantidad de gente que había.

Por tanto estuvimos la mayor parte del tiempo en la parte de Medicina Interna. Por fin, y después de tanto tiempo con el tema de la prevención y el cuidado con el agua, pudimos ver dos casos de cólera comprobando así su alta prevalencia en el país. También pudimos ver otros casos de enfermedades más típicas de nuestro medio.

Después de ver esto nos fuimos a las Urgencias Pediátricas, las cuales no estaban tan masificadas como las anteriores. Pudimos ver que la mayoría de las patologías se basan en diarreas y deshidrataciones.

Nos ha llamado mucho la atención que en este lugar en el momento en que aparece un cuadro de fiebre alta y dolores articulares se les pide un hemograma. En un principio no supimos para qué era hasta que nos dimos cuenta que era para descartar el dengue. Así, hemos podido ver la diferencia en la actitud diagnóstica que existe entre nuestro país y este.

Después de la extenuante tarde, llegamos todos a casa todavía con energía para menear los bodies a ritmo de bachata, merengue, salsa y hasta un cha-cha-chá improvisado (Que sería de nosotros sin nuestro maestro Freddy y su gran séquito de bailarin@s).
Las cocineras de esa noche atravesaron momentos críticos tratando de domar los fogones en la oscuridad total, aunque el estrés mereció la pena, dando como resultado unas ricas jamburgueres, chopocientas veces mejores que las del Burguer y Maldonal juntos.

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