martes, 19 de julio de 2011

Día 15. Fiestaca SORPRESA!!!

El día se levantó con estrés y tensión por los acontecimientos que se avecinaban para la noche. Un sin fin de planes, coartadas y cuchicheos inundaron el campamento ya desde por la mañana. Corrillos de profes a escondidas murmuraban tratando de organizar las próximas horas. Recortables, horarios, viajes a la Sirena… y todo desde el más alto secreto. El Mosat, la CIA, Scotland Yard…. Una mierda comparado con nosotros.

Tras la incertidumbre de los días pasados sobre si podríamos o no dar los talleres de salud en el campamento, que previamente habíamos preparado desde Madrid, finalmente el miércoles llegó la buena noticia: el viernes (15 de Julio) iba a ser el estreno, Ana y Laura darían el primer taller de salud a 6º y 7º.

Entre las 4 preparamos una batería de preguntas de múltiple opción basadas en tres bloques de conceptos: alimentación, higiene y enfermedades. La dinámica del taller consiste en un concurso en el cual la clase se divide en grupos de unas 5 personas y el grupo que consigue mayor número de puntos es el ganador. En este caso el incentivo fueron unos lápices gigantes elásticos.

Una vez llegamos al aula confirmamos la versión de nuestros compañeros: aquello es un “zoo”. Sin embargo el juego pareció amansar a las fieras ya que se les vio bastante interesados en el tema, fueron bastante competitivos aunque había que tener bastante paciencia.
Al finalizar el taller alguno de ellos se empezó a cuestionar temas tan “trascendentes” como la sexualidad o la anatomía del aparato genital femenino, llegándonos a poner en algún pequeño aprieto del que salimos airosas usando la ya mítica frase: “esto no entra”.

Finalizada la mañana nos montamos en “Aniceta” dispuestos a recoger a nuestros compañeros que estaban pintando en la parroquia de La Paz, en concreto eran Prado, Sonia y Helena. Estas dos últimas al acabar el trabajo en el dispensario se acercaron a echar una mano en las labores de pintura. Cuál fue nuestra sorpresa cuando al llegar nos encontramos a nuestras compañeras encerradas tras una verja sin posibilidad de salida. Tras esto a Borja se le ocurrió la genial idea de representar la escena de unos turistas visitando las jaulas de los monos del zoo.
Algunos de nosotros usamos los palos de fregona para espantar a las fieras.

Tras las risas generalizadas y las muy merecidas fotos accedimos a llamar a la señora encargada de las llaves de la parroquia tras lo cual fueron liberadas.
Tras todo esto conseguimos llegar a casa una hora más tarde de lo habitual, por lo que llegamos también más tarde al hospital.

Algunos fallos técnicos en los comentarios sobre la inexistente fiesta que gracias a Dios pasaron desapercibidos fueron sucediendo en los cortos desplazamientos que a lo largo del día tuvieron lugar. Resultado: risas y ojos que se salían de sus órbitas.

Después de una copiosa comida en la que sobró casi todo el filete de pollo que se usaría para la cena, la operación se puso en marcha. Unos a sus lugares de trabajo, otros en busca del tesoro perdido. Pequeños desajustes sucedieron en el puesto de mando tras la jornada laboral: replanificación del horario, excusas estúpidas y diferentes alertas rojas comunicadas a nuestro pinche.

Definida nuestra nueva jugada, aparentamos tranquilidad y para reponer fuerzas visitamos a nuestro ya conocido amigo Bon, ice- bon.


Para narrar la tarde hay que ponerse en antecedentes: el 18 cumpleaños de Jaime está a la vuelta de la esquina (en concreto el 18 de Julio) por lo que se nos ocurrió hacerle una fiesta sorpresa (que será contada en blogs posteriores). Para ello era necesario hacer una compra para unas 30 personas y puesto que cada uno tenia sus labores solo las doctoras éramon las únicas que no iban a pasar la tarde con Jaime pintando, así que se les encargó la misión de realizar dicha compra.

- Llegamos al hospital con la intención de estar una hora pero nuestros planes se vieron truncados: nos dirigimos, como todos los días, a sonografías pero estaba todo a oscuras y la puerta en cuestión cerrada. Tras votación popular fuimos a hablar con el bedel el cual nos djio la siguiente frase que pasará a la historia: “está todo cerrado porque viene un ciclón y la gente se ha ido a cuidar sus casas”. Nos miramos desconcertadas pensando lo que iba a ser de nosotras tras lo cual decidimos no tentar a la suerte y abortar la misión en el hospital.
Tras nuestro desengaño fuimos a la Sirena a hacer la compra para la fiesta. Erick quedó en venir a buscarnos al cabo de media hora. Así que allí nos plantamos, las 4 sin tener la más remota idea de las cantidades necesarias para una fiesta de 30 personas. Después de ¾ de hora divagando entre el nº de cocacolas, cervezas, bolsas de patatas, gramos de jamón, número de salchichas y todo lo demás, empezamos a echar en falta a Erick. Tras dejar unos minutos de rigor decidimos que era necesario hablar con alguien que nos diera su opinión sobre la compra que estábamos haciendo antes de pasar por caja.
Debido a la lluvia caída durante esa tarde la salida de La Sirena era un hervidero de gente ya que los dominicanos han decidido que la lluvia es radiactiva por lo que cuando llueve se quedan paralizados a cubierto.
Salimos a la puerta para buscar a Erick y al ver que no estaba pensamos en buscar una cabina para llamar a Borja. Tras varios intentos frustrados en la cabina le pedimos a un guardia de seguridad de La Sirena el móvil para llamar a alguno de ellos.
Por alguna extraña razón todos los móviles estaban “apagados o fuera de cobertura” así que nos resignamos a esperar hasta que al cabo de un rato llegó Erick.
Tras todo esto llegamos a casa y empezamos a prepararlo todo. Queremos destacar la buena calidad de los globos dominicanos ya que de los que no estaban pinchados dentro de la bolsa, se explotaron la mitad mientras eran hinchados.

A Jaime lo engañaron y Erick tras dejarnos en casa fue a buscarlo con el pretexto de ir a buscar unos puritos que le habían encargado desde España. 8 de la tarde, ¿tiendas abiertas? Inocente…


Dejamos a parte del equipo en busca de los inexistentes puros mientras los demás dábamos los últimos retoques a la operación en el puesto de mando y en nuestros propios uniformes de gala. Contamos con la colaboración local. Y finalmente (con 4 amagos preios pensando que era él el que venía) corrimos a escondernos tras la oscuridad de nuestra guarida y pasillo de habitaciones. Y al fin … ¡SORPRESA! MUCHAS FELICIDADES ADELANTADAS JAIME! Con cara de pocker y pantalones de pintor nuestro anfitrión apareció con la fruta en la mano ante la que sería una de las más memorables fiestas de cumpleaños de su vida, su 18 cumpleaños.
Tras largas sesiones de fotos, risas, bailes y perritos animados al ritmo de la bachata y el merengue nos fuimos exhaustos a dormir.

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