Día 4. Estar estando.

Por fin Lunes, nuestro gozo en un pozo tras enterarnos por la visita de Aguerri de que después de toooooda la noche llueve que te llueve no empezaba el campamento. Desayunando de bajón por la noticia y planteándonos nuestro primer día. La mañana fue un poco peregrina. Las doctoras marcharon al dispensario, pero los “profes” nos quedamos organizando brevemente las clases, las tareas y demás menesteres. Después fuimos a la ya conocida Sirena a hacer algunas compras. Después de comer se planteó un musete en plan pique entre machos y hembras. Aguerri y Jaime contra Helena y Almudena. Antes de empezar uno de ellos dejó caer que si ganaban habría maltrato del género y si perdían humillación del género. Ante todo pronóstico, y a pesar de alguna jugadilla rastrera por parte del equipo de los hombres por confusión de ellas con el lenguaje del mus, acabaron ganando las chicas. Mientras unos se quedaron en casa jugando a las cartas, otros fueron a visitar la parroquia que íbamos a pintar entre nuestra amada lluvia en plan torrencial. La calle estaba inundada y en este momento se produjo la escena de un dominicano en motoconcho siendo arrastrado por la corriente bajo la furgo. Aniceta se consiguió salir ilesa de la situación, a pesar del clima de desesperación que cundía en el ambiente.