miércoles, 9 de julio de 2014

DÍA 1: AEROPUERTOOOOO

¿Maite o Maité? Ese es el kit de la cuestión. Se nos avecinaban 9 fantásticas horas de vuelo, y lo primero que hicimos fue conocer a nuestra octava compañera de viaje, Maité de Valencia.
¡Qué emoción! Ya había llegado el día y nos encontrábamos todos con nuestras respectivas familias facturando besos y lágrimas de emoción y alegría. Entre maletas, pasaportes y controles, al final conseguimos llegar al avión. Aunque previamente, “el monitor del pelito blanco” había decidir abandonarnos para ir a por regalos. También conocimos a nuestros compañeros de trabajo de la universidad de Comillas, que junto con nosotros trabajarán en los campamentos a lo largo de las tres semanas.
Una vez en el avión, conocimos a tres personajes importantes que nos acompañaron a lo largo de las 9 horas de vuelo. Dos niños muy graciosos con los que jugamos y una tercera niña adicta al cabello, que nos hizo cien mil trenzas. Mientras tanto: “cómo te gusta lo que te encanta”, jeje.



Aplausos, aplausos, hemos aterrizado en el Aeropuerto de Santo Domingo: palmeritas, cocos, brisa marina, olitas del Caribe… NOOOOOO, ASÍ NO ES, un calor inhumano nos esperaba con ansia e impaciencia.
Después de recoger las maletas, nos esperaba una gran bienvenida tanto en el aeropuerto como en el lugar se que se convertirá en nuestra casa por las próximas semanas.

Al terminar el “Bienveniiiiidos”, cual mineros en busca de los tesoros de Morfeo, pues la luz hizo una de las suyas, tuvimos que montar un “chill out” con mosquiteras y colchones en la terraza de nuestra nueva casa. Después de sudar la gota gorda montando el campamento, al fin tocaba la hora de dormir, ¡Algunos hemos pasado frío!

CHINKUN TSCHH

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